El Sitio de Antonio Naval Mas

La Sinagoga de Huesca, singular y única

Jueves 1ro de noviembre de 2012 por Antonio Naval

Un viejo edificio de la calle San Jorge de Huesca, en la antigua Juderia, conserva una apariencia medieval extraña para ser un simple edificio de habitación. La explicación puede estar en haber sido la antigua Sinagoga Menor. La documentación conservada da pie para identificarla.

Fue publicado en Diario del Altoaragón, extraordinario del 10 de agosto del 2010.

Reconstrucción del edificio de la Sinagoga (ANM)
Sinagoga Menor, Portal e Iglesia de San Ciprián (Grabado ANM)

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Sinagoga

En la calle de San Jorge, al final de la misma, justo enfrente del hotel, hay un sencillo edificio que para muchos no pasará de ser otra cosa que una casa antigua semiabandonada [ la imagen que encabeza, es una reconstrucción con los deterioros actuales eliminados]. Con toda probabilidad es lo que queda de una de las sinagogas de Huesca. Más, es la única fachada de sinagoga conservada en Aragón. De las sinagogas aragonesas, en Calatayud podría conservarse vestigios en uno o dos edificios. De una de ellas podría formar parte un sector de un muro con dos puertas de entrada en la ermita de la Consolación. En Cariñena se reconoce restos de una sinagoga en el interior de la Iglesia del Santo Cristo de Santiago. La iglesia de San Antón en Hijar (Teruel) conservaría la sinagoga aragonesa más completa al haber sido en parte adaptada a iglesia. No hay en otros puntos de Aragón ningún resto del aspecto exterior de una sinagoga. El edificio de Huesca sería la única fachada conservada. Así se debe deducir de las diferentes publicaciones sobre el tema, y, particularmente, de la exposición que en 2002 con el titulo “Hebraica Aragonalia” tuvo lugar en el Palacio de Sástago de Zaragoza. De forma sorprendente no se hizo mención a este edificio de Huesca, a pesar de que había noticias publicadas con indicios más que razonables de ser el edificio de Huesca el de la Sinagoga Menor de la Judería oscense.
Esta judería considerada como una de las tres más importantes de Aragón, tenía como eje principal la actual calle de San Jorge, entonces llamada Mayor de la Judería o de los Argenteros, por los artesanos de la plata que allí trabajaban. Hay un conjunto de documentos de diversa procedencia y época, que puestos en relación, permiten deducir que el edificio de la Sinagoga Menor estaba donde se encuentra el edificio que comentamos. De forma que se puede concluir que el edificio en cuestión es el de la Sinagoga Menor

Específicamente relacionado con ella hay otro documento de 1483 donde se manda “fazer a la redonda bancos o respaldos o guardapolvos verdugados” de la mima manera y como prolongación de otros que hay estaban comenzados , “e assi mesmo dos bancos debaxo la tribuna de la dita sinoga… e asi mesmo en hum patio que está de fuera a la puerta segunda de la sinoga jus la cambra de las mulleres, haya de fazer banquos a la redonda, de la fusta viella de la sinoga, e sitiar assi la rexas de fusta que le daran..” Cada frase y el conjunto de ellas aportan una valiosa información

El edificio de la calle San Jorge

El edificio en cuestión ofrece rasgos constructivos sorprendentes, algunos visibles a simple vista y otros que hay que saber deducir depurando alteraciones y modificaciones posteriores. En planta baja hay un arco apuntado, cegado actualmente pero que fue puerta principal. A ambos lados de la misma hay otros dos arcos de los llamados carpanel (como achatados). El de la izquierda hay que saber verlo pues fue cegado, y en su lugar fue abierta una estrecha puerta con dintel. Era como el de la derecha. Junto a este hay un cuarto arco similar a estos dos. En el piso alto no había tantas ventanas como las que se abrieron después, siendo solamente original la de la derecha con dintel de ladrillos dispuestos radialmente. Es decir, era un edificio de fachada muy alargada y sin luz ni ventilación por la parte de la calle. Dicho de otra forma, detrás solo podía haber unos espacios que tendrían iluminación desde otro punto, porque no eran de habitación. En lo alto había unos vanos abiertos o ventanas pequeñas regularmente separadas que han sido alteradas.
El modelo arquitectónico de las sinagogas no es tan constante como el de las iglesias. Aquellas generalmente eran alargadas, de una o tres naves, o de planta con dimensiones cuadradas. Ni siquiera los accesos mantenían una estructura inequívocamente repetido, pero la presencia de dos puertas aparece con reiteración relacionadas con acceso diferenciado para hombres y mujeres. Tres puertas podía haber si la sala de oración era de tres naves. La mujeres estaban en un espacio separado, sobre la sala donde estaban los hombres o en una estancia contigua aislada por celosías o “rexas de fusta”, es decir, de madera. Todo esto se comprueba en el documento en cuestión por el que sabemos que en la Sinagoga Menor de Huesca había espacio bajo y alto, y espacio específico para hombres y mujeres. Incluso había un patio para ellas.
La fachada del edificio de la calle San Jorge tiene una puerta principal, la de arco apuntado, y otra adyacente, la del arco de la derecha. A su lado hay otro arco similar que pudo ser el acceso a la casa del Rabí. A la izquierda está la otra puerta alterada, en construcción que parece estar en obra de diferente momento que el resto. Por la planimetría disponible se podría deducir que todavía hay huella de la diferenciación entre sala para hombres y espacio adyacente para mujeres. Los solares, a su vez, todavía conservaban espacios descubiertos que pudieron ser patios que toda sinagoga solía tener para diferentes funciones religiosas en relación con la celebración de algunos ritos y fiestas. En esos espacios es donde se habría colocado un banco corrido apoyado en los muros del entorno de la estancia de los hombres y de las mujeres. La obra contratada incluía también dos bancos debajo de la tribuna que había en la sala de oración de los hombres. Todo de acuerdo con lo que estaba generalizado

En lo que actualmente se puede visitar, es imposible sacar deducciones en una simple vista ocular, por lo que una arqueología tanto de subsuelo como de alzado es ineludible con la seguridad de que aportará información. Hasta, si hay suerte, es posible que se conserve alguna inscripción debajo de las sucesivas capas de blanqueado y pintura

El edificio de la calle San Jorge, afortunadamente se ha conservado, lo que hace que sea anterior a 1492 cuando fueron expulsados los judíos. El documento citado es contratación del amueblamiento interior, no siendo improbable que esto se hiciera como consecuencia de su reciente construcción o remodelación de algún edificio preexistente. Del encargo hecho a los carpinteros se deduce que es terminación de una obra reciente. Si todo es así el edifico en cuestión es del último tercio del siglo XV

Una urgente atención con tratamiento adecuado

Es sorprendente que un edificio religioso medieval, no cristiano, aparentemente sin interés, haya sobrevivido. Posiblemente contribuyó a ello el haber cambiado de uso, tras la expulsión, convertido en casa de habitación que alquilaba la iglesia de San Lorenzo, su propietaria, tal como se deduce de notas parroquiales del siglo XVIII. En 1975 todavía se conservaba el ajulezo que era sello de propiedad. La deducción de ser esta débil construcción y sencilla fachada el edificio de una sinagoga lo convierte en singular, y el hecho de que sea la fachada de sinagoga mejor conservada en Aragón, en edificio único. No es un edificio de la categoría constructiva y arquitectónica de los otros edificios históricos de la ciudad pero sus peculiaridades y los atributos de singular y único lo hacen no menos respetable que cualquiera de ellos

Esta fachada que ha desafiado al paso del tiempo y a la persistente voluntad de borrar toda huella judía, razón de que sean muy pocos los vestigios conservados de sinagogas, es un reto a los criterios de valoración de la historia de nuestra generación. La parte izquierda de este edificio fue adquirida hace unas pocos lustros para abrir en su lugar un acceso a la Escuela de Magisterio. Afortunadamente no se llevó a efecto esa iniciativa. De haberse llevado a cabo el proyecto, ya estaría mutilado el edificio. El edificio tiene las cubiertas en mal estado y, como en tantas ocasiones, su hundimiento puede arrastrar al resto de la construcción

Es alentador que el pasado otoño, a iniciativa del actual decano de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca, y con el interés manifiesto del dimitido alcalde hubo movimientos a favor de la puesta en valor de esta construcción. La universidad de Zaragoza y el Ayuntamiento de Huesca tienen la responsabilidad de lo que le pueda suceder. En dos ocasiones en 1980 llamé la atención sobre el interés de este edificio, y también en 1983 con ocasión de las fiestas de San Lorenzo. No hay que insistir que, en lo que tiene de abandonado, treinta años han acelerado su deterioro, desafiando su resistencia que es razonablemente limitada como consecuencia de una estructura que no es de gran consistencia. No nos gustaría ver, una vez más, a un arquitecto desorientado reinventando libremente lo que la imprevisión y desidia, pueden dañar.

Testigo de la historia local de Huesca

El edificio ha quedado descontextualizado pero es el testigo de uno de los puntos de la ciudad de Huesca que, aunque alejado del casco viejo, pertenece a su historia más viva. El grabado adjuntado reconstruye hipotéticamente, pero con fundamento documental, una probable imagen de ese enclave. El portal de San Ciprián todavía existía hace unos cien años. Se conservan un par de fotografías en el que aparece. De ellas una es la que probablemente fue primera fotografía aérea de Huesca. Respecto a la iglesia de San Ciprián la información de Aynsa nos permite deducir que fue románica, de tres ábsides. Estuvo aproximadamente donde aparece en el grabado porque así se puede deducir de documentos de venta de huertos de su entorno. Más adelante, donde está la piscina cubierta, estuvo la fuente del Angel que desapareció con esta construcción.

La calle de San Jorge había sido lugar de paso para la iglesia y la fuente. Este hecho causó no pocos roces con la comunidad judía de Huesca que veía alterada su intimidad con el paso obligado de cristianos de la ciudad. Los habitantes de Huesca con respecto a los judíos oscenses mantuvieron los mismos altibajos en el respeto o persecución que en otras ciudades, no siendo siempre pacifica la convivencia, contrariamente a lo que ahora nos interesa demostrar. En las persecuciones que los cristianos hicieron a los judíos fue relativamente frecuente acusarles de desgracias personales y colectivas. Entre ellas la peste negra de mediados del siglo XIV. Se generalizó el acusarles de la profanación de hostias consagradas. En relación con una acusación de este tipo se hizo celebre un proceso de 1377 llevado a cabo en Huesca con consecuencias de refinada crueldad. Por otra parte, la historia de los judíos oscenses dio nombres sobresalientes en el saber, la ciencia y las artes.

Se ha dicho que junto a las de Zaragoza y Calatayud la aljama judía de Huesca formaba parte de las más importantes de Aragón. Su censo oscila según los historiadores y por supuesto según la època. Parece ser que en la primera mitad del siglo XIV su aljama llegó a contar con algo más de mil miembros, según Baer. Otros historiadores han rebajado la cifra. Al final de siglo XIV, después de la peste negra, quizá no sobrepasaban los 200. Siempre fue un número significativo en una ciudad que por entonces tendría poco más de tres mil habitantes. Con ese número hay que imaginar que todo el mundo se conocía formando un ambiente muy peculiar que podemos adivinar pensado en lo que hoy sucede en una localidad con ese censo.
Casi de forma ineludible en este tipo de colaboraciones forma parte una conclusión que puede tener tanto de parenética como de moraleja. No vamos a hacer ahora una lista de los edificios sobresalientes que en los últimos cuarenta años han desaparecido en Huesca por interés de especulación, por desidia no pocas veces intencionada que los ha llevado a expediente de ruina, y, siempre, por dejación en la protección. Este edificio que con toda probabilidad es el edificio de la Sinagoga Menor de Huesca es singular y único, no solo para la ciudad, sino, al menos, para todo Aragón.
Antonio NAVAL MAS
Historiador del Patrimonio


Aspecto del edificio en 1987. Estaba alterada la parte izquierda

Aspecto elegido en 2022 con la apariencia que no era la original. (VER reconstrucción de cabecera)

La intervención de 2022, invade la parte central del frente posterior del edificio


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